martes, 11 de septiembre de 2018

Bloque 1.2. Explica el diferente nivel de desarrollo de las áreas celta e ibérica en vísperas de la conquista romana...


En momento de la conquista romana de la Península, ésta se encontraba poblada por diferentes pueblos, con características muy diferentes, debido fundamentalmente a su localización geográfica y, sobre todo, al mayor o menor grado de relación con los pueblos colonizadores llegados desde Centroeuropa o desde el Mediterráneo.








El mayor grado de influencia de fenicios y griegos lo encontramos en el área mediterránea, ocupada por los llamados pueblos íberos. El área íbera se extendía desde Cataluña hasta el golfo de Cádiz, y era el territorio en el que vivían pueblos diversos, pero con elementos comunes, entre los cuales se encontraba el uso de una misma lengua, el ibérico, el conocimiento de la escritura, de clara influencia griega y fenicia, y el desarrollo de estructuras económicas, sociales y políticas derivadas de su convivencia con dichos pueblos mediterráneos. Podemos decir que el legado de griegos y fenicios se hizo patente en toda el área ibérica, lo que influirá sobre manera en su mayor permeabilidad a influencias extranjeras, como será el caso de los romanos.

Su economía se basaba en la agricultura y la ganadería, pero también realizaban actividades industriales como la metalurgia o la textil; comerciales y usaban la moneda (introducida por griegos y fenicios). Sus poblados amurallados se situaban en lugares elevados y, poco a poco, fueron adquiriendo características propiamente urbanas.

La sociedad estaba jerarquizada, comprendiendo desde la aristocracia hasta los esclavos, y en ella se daban unas relaciones de carácter personal basadas en el culto a un jefe, "devotio ibérica". Políticamente también recibieron claras influencias de los colonizadores, sobre todo en la formación de estructuras estatales. Se organizaban en ciudades-estado, bajo el gobierno de reyezuelos (régulos) o asambleas de claro predominio militar. En algunos casos parece que se establecieron modelos democráticos griegos, con asamblea, senado y magistrados.

En sus manifestaciones artísticas destacó la escultura, de clara influencia fenicia, con abundantes estatuillas votivas y obras de mayor tamaño e importancia como la Bicha de Balazote, la Dama de Elche y la Dama de Baza.

Por lo que respecta al área celta, existe una clara diferenciación entre la zona del centro y centro-oeste (lusitanos, celtíberos, vettones...) y la zona del norte y noroeste peninsular (galaicos, astures cántabros...). Ambas zonas tienen en común el sustrato económico, social y cultural celta (indoeuropeo), con un menor nivel de desarrollo, aunque en el caso de los pueblos del centro, su contacto con los pueblos íberos les permitió un nivel de desarrollo mayor.

Entre los pueblos del centro y centro-oeste, la actividad económica se centraba en la agricultura (vacceos) y la ganadería (vettones). Sin apenas desarrollo de la artesanía, salvo la metalurgia del hierro, y con un escaso comercio, lo que les llevaba, en muchos casos, a practicar el pillaje sobre los pueblos vecinos.
Su estructura social era tribal, basada en el parentesco y estructurada en clanes, con fuerte cohesión entre sus miembros. No tenían una organización política estatal, limitándose a consejos de ancianos o a seguir a cabecillas destacados por su valor en el combate. En algunos casos se desarrollaron relaciones de clientela con los jefes, que les garantizaban la defensa.

En el norte y noroeste se desarrolló la cultura castreña, basada en poblados fortificados, castros, rodeados de murallas, en cuyo interior se disponían las casas que alojaban a personas y ganado. Su economía era básicamente ganadera, completada con la caza, pesca y la recolección. Con escaso desarrollo artesanal, parece que se dedicaron a la metalurgia del oro, y el trueque fue su principal método de intercambio comercial, por lo que no conocían la moneda.
Su estructura social y política eran básicamente iguales que las de los pueblos del centro peninsular.

Las manifestaciones artísticas de los pueblos del área celta no fueron tan numerosas ni importantes como las de los Iberos, destacando la llamada “cultura de los verracos”, desarrollada entre los vetones, caracterizada por grandes esculturas de animales, quizás relacionados con cultos ganaderos.

En general, el mayor aislamiento de todos estos pueblos y su menos desarrollo provocó su dura resistencia a la ocupación romana, dando lugar a cruentas y largas guerras.

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