lunes, 28 de marzo de 2011

Tema 12. Transformaciones económicas y cambios sociales en el S. XIX

II. Industrialización y modernización de las infraestructuras

La minería y la industria: el desarrollo de la periferia


El ferrocarril

La existencia de una red de transportes y de comunicaciones era vital para la integración de las actividades económicas nacionales. Tradicionalmente, estas actividades económicas se habían visto perjudi­cadas por el relieve peninsular y por la ausencia generalizada de ríos nave­gables. A estas dificultades se unieron los conflictos bélicos del siglo,  que interrumpían las comunicaciones y fomentaban el ban­dolerismo, convirtiendo el transporte y los viajes en una aventura peligrosa.

Los obstáculos para el transporte hacían imprescindible la creación de una red ferroviaria que articulara el mercado interior de la península. Aunque con enormes deficiencias, la red fue impulsada desde la Administra­ción del Estado a través de la Real Orden sobre Creación de Ferrocarriles (1844), que permitió la construcción de las primeras líneas ferroviarias (Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez). Más tarde se promulgó la Ley General de Ferrocarriles (1855), que con­cedió enormes privilegios para la construcción de trenes: creación de bancos, fomento de inversiones, pago de subvenciones, desgravación fiscal de la importación de materiales...






Un proyecto centralizado




La fascinación de lo desconocido... y de ¡la velocidad!





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