I. Las desamortizaciones. La necesidad de una reforma agraria en España
Un problema endémico: la desigual distribución de la propiedad de la tierra y su situación jurídica
Las tierras de la Iglesia, la nobleza y las de los municipios se denominaban propiedades de manos muertas, ya que, como según la ley, no se podían poner a la venta, no había posibilidad de que cambiasen de manos. Las propiedades de la Iglesia y de los Municipios estaban amortizadas, es decir, no podían ser parceladas, ni vendidas. Las propiedades de la nobleza se encontraban "vinculadas" a la casa titular del señorío mediante el mayorazgo. Así pues, la mayor parte de las mejores tierras estaban fuera del mercado y no podían ser mejoradas, "capitalizadas”.
Los políticos liberales eran conscientes de que los cambios en la estructura de la propiedad de la tierra habían favorecido en otros países una gran expansión de la producción agrícola. Pensaban que la primera medida que había que adoptar para poner fin al atraso del campo español era eliminar los restos del régimen señorial que todavía subsistía en buena parte de las regiones del país. Por ello era necesario erradicar el sistema de propiedad de manos muertas y vender las tierras para que los nuevos propietarios modernizasen el campo.
La desamortización de Mendizábal (1836)
Objetivos (¡ojo a la negrita!)
"Señora, vender la masa de bienes que han venido a ser propiedad de la Nación, no es tan sólo cumplir una promesa solemne y dar una garantía positiva a la deuda nacional, es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública; vivificar una riqueza muerta, desobstruir los canales de la industria y de la circulación; apegar al país por el amor natural y vehemente a todo lo propio; ensanchar la patria, crear nuevos y fuertes vínculos que liguen a ella; es, en fin, identificar con el trono excelso a Isabel II, símbolo de orden y de la libertad. No es, señora ni una fría especulación mercantil, ni una mera operación de crédito. . . El decreto que vaya a tener la honra de someter a la augusta aprobación de V. M. sobre la venta de bienes adquiridos ya por la nación, así como en su resultado material ha de producir el beneficio de minorar la fuerte suma de la deuda pública, es menester que en su objeto y aun en los medios por donde aspire a aquel resultado, se encadene, se funde en la alta idea de crear una copiosa familia de propietarios, cuyos goces y cuya existencia se apoye principalmente en el triunfo completo de nuestras actuales instituciones".
Objetivos (¡ojo a la negrita!)
"Señora, vender la masa de bienes que han venido a ser propiedad de la Nación, no es tan sólo cumplir una promesa solemne y dar una garantía positiva a la deuda nacional, es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública; vivificar una riqueza muerta, desobstruir los canales de la industria y de la circulación; apegar al país por el amor natural y vehemente a todo lo propio; ensanchar la patria, crear nuevos y fuertes vínculos que liguen a ella; es, en fin, identificar con el trono excelso a Isabel II, símbolo de orden y de la libertad. No es, señora ni una fría especulación mercantil, ni una mera operación de crédito. . . El decreto que vaya a tener la honra de someter a la augusta aprobación de V. M. sobre la venta de bienes adquiridos ya por la nación, así como en su resultado material ha de producir el beneficio de minorar la fuerte suma de la deuda pública, es menester que en su objeto y aun en los medios por donde aspire a aquel resultado, se encadene, se funde en la alta idea de crear una copiosa familia de propietarios, cuyos goces y cuya existencia se apoye principalmente en el triunfo completo de nuestras actuales instituciones".
Febrero de 1.836
Juan Álvarez de Mendizábal
Juan Álvarez de Mendizábal
Un buen vídeo es impagable...
La desamortización general de Pascual Madoz (1855)
Durante el bienio progresista Pascual Madoz llevará a cabo la 2ª gran desamortización, la llamada "desamortización general" de 1855. Se pusieron a la venta todas las tierras cultivadas que formaban parte del patrimonio municipal (tierras comunales y baldíos), estatal y de las Órdenes Militares, así como las pocas que podían quedar de la Iglesia. El procedimiento desamortizador consistía en tasar las propiedades, hacer una subasta pública y adjudicarlas al mejor postor. El pago se podía efectuar de dos formas: o bien en efectivo, dando un primer plazo correspondiente al valor de la quinta parte de la propiedad y el resto en quince años, o bien pagando una parte con títulos de deuda pública (al valor del mercado del día anterior) y el resto en plazos durante ocho años. Los ingresos obtenidos fueron mayores que en la anterior, debido a la forma de valoración de los títulos de deuda.
En resumen, la cantidad de dinero obtenida fue importante, aunque no solucionó el problema de la deuda, ni muchos menos el de la inversión en la industria.
Las consecuencias de las desamortizaciones fueron diversas:
- Un cambio de propiedad, ya que el 40% de la tierra cambió de manos y tres quintas partes de las propiedades de la Iglesia fueron vendidas.
- Se reforzó, por tanto, la estructura de la propiedad de la tierra, evitándose toda reforma de carácter social, y provocando un fuerte descontento campesino.
- Deterioro económico para muchos agricultores, ya que perdieron los derechos de uso de los bienes comunales. Se producirá un proceso de proletarización del campesinado, condenado a trabajar como jornalero.
- Ampliación importante de la superficie cultivada. No obstante, una buena parte de los propietarios continuaron viviendo de las rentas, sin introducir ninguna mejora en sus explotaciones y aumentando el montante de los arrendamientos, mediante la renovación de los contratos.
- El problema de la deuda persistió, aunque se aminoró en parte.
- No aumentó la inversión en la industria ya que buena parte de los capitales que podrían haberse invertido en este sector fueron dedicados a la compra de tierras en las subastas, dando lugar al llamado capitalismo agrario.
- La consolidación del régimen liberal, pues en adelante cualquier intento de restablecimiento absolutista sería rechazado frontalmente por los propietarios, identificados con el liberalismo moderado.
- La ruptura de las relaciones Iglesia-Estado en 1837, restablecidas en el Concordato de 1851, y rotas de nuevo con la desamortización de 1855. La Iglesia tomará partido por las posturas más conservadoras, frente a las claras manifestaciones anticlericales de progresistas y demócratas.
- Consecuencias para el patrimonio artístico y cultural. La desaparición de conventos supuso en muchos casos la destrucción de edificios históricos y la dispersión y pérdida de su patrimonio mueble (cuadros, esculturas, muebles, custodias…), sólo en parte recogidos por museos y archivos
El problema de la desigual distribución de la tierra sigue siendo hoy una de las más importantes causas de desigualdad económica y social. En el siguiente vídeo, realizado a partir de las fotografías del extraordinario Sebastiao Salgado, se reivindica la necesidad de llevar a cabo esta reforma para terminar con buena parte de la miseria y de la desigualdad.
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