El descubrimiento de América fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia europea. Hasta 1492, el mundo conocido por los europeos se limitaba, en realidad, a Europa, el Próximo Oriente, la costa africana mediterránea y del Atlántico al norte del golfo de Guinea, y las costas asiáticas a las que llegaban los mercaderes en busca de especias. No hay que olvidar que el viaje de Marco Polo se produjo a mediados del siglo XIV, y que habían sido muy pocos los viajeros occidentales que habían llegado a China o la India.
La emigración a América fue un fenómeno
relativamente escaso. Se calcula que, a finales del siglo XVI, apenas unos
200.000 peninsulares habían emigrado al nuevo continente. Era un pequeño
porcentaje de la población, procedente del interior de Andalucía, Extremadura y
Castilla principalmente. La presión demográfica en la Península era escasa, y
la Corona había restringido la emigración de ciertos colectivos, como
musulmanes, conversos, gitanos, condenados por la Inquisición o delincuentes.
Además, fue una emigración mayoritariamente masculina.
Los productos de origen colonial apenas
repercutieron en la población peninsular. Sólo las clases dirigentes
consumieron productos como el cacao o el tabaco, aunque la penetración en los
mercados hispanos y europeos fue creciendo con el tiempo.
Mayor fue la repercusión de la plata, que
condicionó de forma considerable la economía peninsular y europea. De
repente, grandes remesas de plata invadieron los mercados hispanos y, a través
de la política imperial de los Austrias, se trasvasaron a Europa. El efecto fue
una inflación constante, hasta entonces desconocida en el mundo europeo, que
ha llevado a hablar de la revolución de los precios.
La sociedad castellana adoptó, ante América, una
mentalidad típicamente colonial. Desde el principio se contempló el
nuevo continente como un territorio subordinado, que había que explotar y en
el que se podían vender las mercancías llevadas desde Castilla. Esa visión se
mantuvo durante toda la época colonial, hasta el punto de que la visión de los
indígenas como una población subordinada se extendió después a la propia
sociedad criolla, de cuyas aspiraciones los peninsulares no quisieron saber
nada hasta que fue demasiado tarde, en el siglo XIX, en pleno proceso de
independencia.
Para saber más
http://www.wikiteka.com/apuntes/el-impacto-de-america/
¡Guadalupe, muchas felicidades!
ResponderEliminarEspero que pases un día estupendo rodeada de todos tus seres queridos y muchas gracias por el detalle del viernes. Feliz cumpleaños.
Ángela G.
Muchas gracias!
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