A finales de 1935 estallaron varios escándalos
financieros en el entorno del gobierno de Lerruox, como el del estraperlo, que
rompieron la alianza entre los radicales y la CEDA. El gobierno entró en crisis
y el presidente Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones para febrero de 1936.
Ante las nuevas elecciones las posiciones políticas se
radicalizaron. Con el pretexto del peligro de una revolución marxista, la
extrema derecha se organiza en torno a José Calvo Sotelo, fundador del monárquico
Bloque Nacional, con un programa totalitario de corte abiertamente fascista. En
contrapartida, Largo Caballero empujaba a la UGT y al PSOE hacia posiciones
cada vez más radicales, muy próximas a las de los comunistas, defendiendo la
necesidad de una revolución obrera.
En el ámbito político europeo, y ante el avance de los fascismos,
la disyuntiva que se plantea no es entre proletariado y burguesía, sino entre
fascismo y democracia. Es en este contexto en el que el movimiento comunista
internacional decide cambiar de estrategia, proponiendo la formación de Frentes
Populares, que suponían la alianza del proletariado con las clases medias
burguesas y antifascistas, para frenar al fascismo.
En España, este planteamiento comunista tuvo éxito,
formándose el Frente Popular, en el que estarían representadas las
izquierdas y gran parte de las fuerzas republicanas progresistas. Su programa hacía hincapié en el
restablecimiento de la política de reformas del primer bienio y en la concesión
de una amnistía para los encarcelados de la revolución de octubre, así como el
reforzamiento del sistema parlamentario para blindarlo frente a la derecha. Este
programa era, fundamentalmente, socialdemócrata y reformista.
La izquierda resultará beneficiada por una ley electoral que
favorecía las grandes coaliciones, frente a la división de la derecha, y será
la vencedora en escaños, aunque no en votos. La derecha, aunque recibió más apoyos que en
1933 obtendrá solo una cuarta parte de los escaños y el centro obtiene una
pequeña representación.
El gobierno que se forma estará compuesto por miembros de
los partidos republicanos, sin la participación de los socialistas, y su acción
política estuvo encaminada a cumplir el programa que había sido acordado en la
formación del Frente Popular. Se comenzó
decretando la amnistía para todos los represaliados en la insurrección de Asturias
y en Cataluña, restituyéndolos en sus puestos de trabajo. Se restauró
plenamente el Estatuto de Cataluña y se restituyó a Companys en la presidencia
de la Generalitat. En abril, las Cortes votan la destitución del presidente de
la República, el republicano moderado, Niceto Alcalá Zamora, y su sustitución por
Manuel Azaña, que debe dejar la presidencia del gobierno.
La acción de gobierno más significativa fue la aceleración
de la reforma agraria, siguiendo lo aprobado en 1932, lo que llevó a la
expropiación y adjudicación a los campesinos de más de medio millón de hectáreas
de tierra, especialmente en la mitad sur. Muchas de estas adjudicaciones no
respondían a la aplicación de la ley, si no que buscaban legalizar las
ocupaciones forzosas que habían llevado a cabo los trabajadores del campo. Este
proceso, acelerado y violento, con numerosas huelgas en el campo en dos meses,
radicalizó las posturas de los propietarios terratenientes, que comenzarán a
mirar hacia los militares.
En los meses que siguieron, hasta julio, la vida pública
se radicalizó, especialmente en las grandes ciudades. Ardieron de nuevo
conventos e iglesias, mientras se agravaba la ola de pistolerismo callejero, promovido
por extremistas, especialmente de las juventudes de La Falange, respondidas por
las juventudes socialistas y por los anarquistas. Para entonces, la
conspiración militar estaba en marcha y el gobierno se mostraba incapaz de controlar la situación, a pesar de tomar la medida de separar geográficamente a los jefes militares sospechosos de estar preparando el golpe.
El 12 de julio, unos pistoleros desconocidos,
probablemente falangistas, asesinaron al teniente Castillo, de la Guardia de
Asalto; al día siguiente cayó asesinado José Calvo Sotelo, líder de la derecha
parlamentaria, a manos de un grupo de guardias de asalto que trataba de vengar
la muerte de su compañero. Estos sucesos aceleraron el pronunciamiento militar,
que se iniciará en Ceuta, Melilla y Tetuán en la noche del 17 de Julio de 1936.
El día 18 Franco se subleva en Canarias y posteriormente, se traslada al norte
de África para ponerse el frente de las tropas. Era el inicio de la tragedia.
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