domingo, 28 de octubre de 2018

Bloque 4.1. Explica las causas de la Guerra de sucesión española y la composición de los bandos en conflicto


La muerte de Carlos II, en 1700, supondrá el final de la di­nastía de los Habsburgo como casa reinante de la Corona española. Desde que quedó claro que el rey español no podía tener descendencia, las principales poten­cias europeas tomaron posiciones para repartirse una herencia que todavía incluía importantes territorios europeos, además de un extenso imperio ultramarino. Los intereses de cada una de esas potencias llevarán a una guerra europea, una más de las muchas que se han producido en Europa por la sucesión al trono.



Al carecer de herederos, Carlos II debía decidir la persona que ocuparía el trono de la monarquía hispánica. Dos candidatos se dis­putaban el trono: por un lado, Felipe duque de Anjou y nieto del rey francés de Luis XlV. y por otro, el archiduque de Carlos, hijo del emperador Leopoldo de Austria. El candi­dato designado fue Felipe de Borbón, aunque con la condición de que re­nunciara a una posible sucesión al trono francés y de esta forma evitar una po­sible unión de ambas coronas que hubiese dado lugar a una gran potencia, rompiendo con los intentos de equilibrio europeo surgidos de la Paz de Westfalia. Sin embargo, el interés de Luis XIV por aumentar sus dominios y su poder era evidente, y queda claro en su intento de intervención en los Países Bajos españoles y en las colonias americanas. Este intento francés provocará el rechazo a Felipe V por parte de Holanda e Inglaterra.
Por otro lado, el emperador Leopoldo I de Austria, no aceptó el testamento ni la proclamación de Felipe como rey de España, al considerar que ponía en peligro la hegemonía dinástica que históricamente había correspondido a la casa de Habsburgo. El Imperio rompió sus relaciones con Francia y preparó una coalición, a la que pronto se sumaron las Provincias Unidas y Gran Bretaña, te­merosas del poder conjunto franco español, que alteraría gravemente el sistema salido de Westfalia, e interesadas en obtener algún tipo de ventaja en el reparto del inmenso imperio de la monarquía hispánica, muy especialmente, el imperio colonial y dominio marítimo.
En sep­tiembre de 1701 estos tres países firmaron la Gran Alianza de La Haya, a la que pronto se añadirían numerosos Estados alemanes. Dos años después Saboya y Portugal se unieron a la causa antiborbónica. Estallaba una guerra no solo por la sucesión española, sino por la hegemonía y el equilibrio de poder en Europa.
La llegada al trono español de Felipe V también se suscitó recelos en algunos territorios de la antigua corona de Aragón, que temían la posibili­dad de que el nuevo rey impusiera la política centralista que aplicaba su abuelo en Francia, lo que podría suponer la abolición de los derechos forales de estos territorios. Aunque Felipe V juró los fueros aragoneses, una buena parte de los territorios de esa antigua corona, se unieron a la causa del archiduque Carlos de Austria, frente al rey al que habían jurado, Felipe V. A la guerra en Europa se va a unir ahora la guerra en el propio territorio español, un conflicto que algunos historiadores consideran como una guerra civil.

Frente al amplio elenco de países miembros de la Alianza de La Haya, Felipe V sólo contaba con el apoyo de Castilla, algunos territorios de la corona de Aragón y Francia. A pesar de esto, los aciertos en el campo de batalla y el cambio geopolítico que supone la proclamación del archiduque Carlos como emperador, en 1713, la victoria caerá del lado de Felipe V.


Para los que no seguís los temas del blog, esta ayudita en forma de mapas conceptuales






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