domingo, 22 de mayo de 2011

Tema 16. La Guerra Civil española 1936-1939

V. La Guerra Civil en Castilla y León

Sobre este apartado, no hay muchos estudios históricos, por lo que he preferido echar mano del trabajo de otros. Este es un breve resumen de la guerra encontrado en la red.


 LA GUERRA CIVIL EN CASTILLA Y LEÓN.

1. Triunfo de la sublevación militar en Castilla y León:

Integrada en 1936 dentro de la VI y VII divisiones militares, la VI división militar con capital en Burgos, incluía la parte oriental de la actual Castilla y León, además del País Vasco y Santander. En Burgos el General Batet, fiel al gobierno de la República, pierde el control de la situación ante la agitación de los cuarteles y la actuación de hombres de confianza de Mola, como el coronel Moreno. En Palencia hay un conato de resistencia pero es vencida de inmediato. La situación del País Vasco y Santander es contradictoria, Camilo Alonso Vega consigue el control de Vitoria pero el resto (Guipúzcoa, Vizcaya y Santander) permanecen fieles a la República.

La VII división militar con cabecera en Valladolid, incluye Zamora, Salamanca, Segovia, Ávila y Cáceres. El general Molero, fiel al gobierno de la República, será igualmente desplazado, el encargado de coordinar la sublevación será Saliquet. El día 18 de julio tiene lugar en Valladolid un doble movimiento: Elementos civiles ocupan los edificios clave de las comunicaciones de la ciudad. Los militares (Saliquet, Ponte, Uzquiano) le arrebatan el mando al General Molero. A media tarde de este día entran en Valladolid, encabezados por Onésimo Redondo, los falangistas vallisoletanos, encarcelados en la prisión en Ávila meses antes. La VII región estaba también en poder de los sublevados, con un frente al Sur: el Guadarrama, con su punto más duro en el Alto del León (21 de julio a 15 de agosto del 36).

2. Castilla y León, el centro de la España Nacional durante la Guerra.

A. Los núcleos de decisión: Burgos, Salamanca y Valladolid

La Junta de Defensa Nacional (primer “gobierno nacional”) se establece en Burgos a partir del 24 de julio del 36, presidida por Cabanellas, Mola es su creador. Está constituida por los jefes de la sublevación en la Península, Franco no se incorpora a la misma hasta comienzos de agosto. Su funcionamiento burocrático se nutre de voluntarios de clase media ansiosos de congraciarse con el nuevo régimen. Esta junta de militares, o primer gobierno constituido en Burgos, tiene un carácter decorativo, ya que buena parte de los generales no hacen caso de sus indicaciones y se comportan de manera autónoma, siguiendo sus propios criterios.

El mando único como medio de ganar la guerra: Generales como Kindelán ven necesaria la unidad de mando para concentrar todos los esfuerzos en ganar la guerra. Se realizan reuniones en Salamanca, para llegar a un acuerdo, hay resistencia por parte de generales como Cabanellas. El 1 de octubre del 36 Franco es proclamado por la Junta de Burgos Generalísimo de las Fuerzas Nacionales de Tierra, Mar y Aire, máxima jerarquía militar; mientras dure la guerra será también Jefe del Gobierno del Estado Español”.

• El 2 de septiembre del 36, los falangistas celebran en Valladolid su Consejo Nacional, debido a la prisión o muerte de sus principales dirigentes (José Antonio), es necesario crear un mando con autoridad dentro de la zona liberada, y controlar a los jefes provinciales de FE que actuaban de forma autónoma. Manuel Hedilla sale elegido, pero en la práctica las desobediencias continúan. A comienzos de febrero del 37 surgen los primeros enfrentamientos y divergencias entre falangistas y militares, en abril del 37 se producen en Salamanca enfrentamientos entre falangistas por el control del partido con algún muerto, Hedilla es destituido. El cuartel general de Franco se inquieta ante los acontecimientos, ve en estas disputas entre falangistas el germen de las divisiones políticas de la República. Los sucesos aceleran el proyecto de crear un movimiento Nacional aglutinador. Franco firma el “Decreto de unificación del partido de FE y de las JONS con la Comunión Tradicionalista” el 19 de abril de 1937. A partir de este momento Franco será el caudillo del movimiento, único jefe de la única opción política permitida, FET y de las JONS.

• Franco va concentrando en sus manos todos los poderes. Las sedes de estos poderes en manos de Franco residen en las tres capitales castellanas a lo largo de la contienda: Burgos es la sede de la Junta Técnica del Estado, un gobierno embrionario con funciones puramente administrativas. Salamanca es la sede del cuartel general de Franco (instalado en el palacio episcopal) auténtico poder real. Valladolid en lugar más secundario, es el núcleo de las JONS, y donde tienen lugar importantes reuniones falangistas.

B. Los campos de concentración:

• En Castilla y León se sitúan la mayoría de los campos de concentración de la zona nacional. Hay 6 campos de concentración, situados en diferentes provincias, generalmente ubicados en monasterios o cuarteles: en Valladolid (el monasterio de la Santa Espina, Medina de Rioseco), en Burgos (Aranda de Duero y Miranda de Ebro, el más importante de todos), en León (Monasterio de San Marcos). En estos campos estaban recluidos presos de Castilla y León pero también de las demás provincias y regiones a medida que iban siendo tomadas por el ejército nacional.

3. La vida en la retaguardia: dura represión contra los republicanos.

A. La mayor parte del territorio de la actual Castilla y León, a excepción de sectores montañosos del norte y del sur en los primeros meses de la guerra, estuvo alejado de los frentes de combate, pero también aquí se reflejó la crueldad de la guerra.

B. El “terror caliente”. A las dificultades de suministro que la guerra llevaba consigo, se sumó en los primeros meses de la guerra una feroz represión. Todos aquellos que hubiesen ocupado algún cargo en las instituciones republicanas, pertenecido, simpatizado o votado a partidos o sindicatos de izquierda, manifestado públicamente sus ideas republicanas, podían ser objeto de las temidas “sacas” o “paseos”, que concluían en la cárcel o en el fusilamiento ante las tapias de los cementerios o en las cunetas de cualquier camino o carretera. Las familias de los represaliados fueron condenadas durante décadas al silencio. Este “terror caliente” vino a corroborar el abismo que separaba a los españoles, y dejó claro que no se toleraría disidencia alguna, pues la nueva situación exigía de todos la adhesión sin tibiezas.

C. Complacencia y aceptación de la situación: Se impone el ideario totalitario de Falange, unido a un catolicismo reaccionario que la conservadora sociedad castellana aceptó de buen grado. La vida cotidiana se llenó de actos patrióticos que exaltaban las victorias de las fuerzas nacionales, rendían culto a los caídos y al caudillo, y actos religiosos en desagravio de los “sacrilegios cometidos por la barbarie marxista”.


La fosas de la vergüenza:


 


4 comentarios:

  1. Yo creo que ya va siendo hora del post de despedida Guadalupe jajaj este año ya has escrito mucho en tu blog!

    ResponderEliminar
  2. Pues tienes razón. Mañana irá la despedida. Estoy dando los últimos toques. ¡Ya esta bién de dar el coñazo con la Historia ¿no te parece?

    ResponderEliminar
  3. De todas formas, realmente ha merecido la pena ese "coñazo" que nos ha dado todo el curso; mejor esto, que no 287657265926 folios, ¿no creéis? :)

    ResponderEliminar
  4. ¡Mucha gracias! el blog ha sido un reto para mi, porque no sabía nada de este medio. Espero que a vosotros os haya ayudado. De todas formas, aunque os vayáis, visitadlo alguna vez porfa...

    ResponderEliminar