Abrimos
aquí la penúltima (no me gusta decir última) entrada de este blog (también
llamada “post”). Se trata de una entrada muy especial, porque en ella no habrá ningún nuevo tema de Historia
(¡menos mal!, que diría Sheila, por ejemplo), ni ningún ¡ojo al parche! (de los
que tanto le gustan a Luis Iván…), que sirva de pista para esas jo…robadas
preguntas de examen, ¡ni mapas conceptuales! sobre causas, consecuencias o
desarrollo de difíciles procesos históricos. Toca despedida y, creedme, no es
fácil, porque todas las despedidas tienen un punto doloroso, de separación, por
más que dejemos abierta la puerta para el reencuentro.
Desde
el fondo de mi corazón siento la contradicción de la alegría por el camino
recorrido, que os pone en las puertas de vuestro futuro, y de la tristeza que
supone dejar de teneros cada mañana en las aulas. Perderme el saludo y la
deliciosa sonrisa de Olivia y de Bea, la cariñosa timidez de Sara, la mirada
tímida y retraída de Sandra…El parloteo “silencioso” de Dani y Mario, la mirada
comprensiva de Santi, la seguridad de Virginia, la dulce candidez de Víctor, la
traviesa y segura mirada de Jonh Brian Porche… La serena ¡seriedad! de David,
tan escueto como su verbo. La interrogante mirada de Noelia, la seria atención
de Lucila, en fin…la tierna y contradictoria seguridad de Judit. Me resisto a
perder vuestra educada, respetuosa, cariñosa y perenne atención. Puedo
aseguraros que mi ego ha salido reforzado en las clases que he tenido el honor
y el placer de impartiros.
Dirán
mis tutorandos que me dirijo sólo a “los del A”, pero tranquilos, que también
para vosotros tengo unas palabritas. Para mi carita de rosa, para los mohines
de Sheila, para la seriedad madura de Laura (¡qué gran escritora!), para la
“loca inocencia” de Juan, para la “inteligente” pereza de Luis Iván, para la
madura inmadurez de Albert Music, para mi deliciosa locuela Sofía (mi cruz y mi
debilidad), para la apabullante y coherente incoherencia de Jaimeraya, para la
suficiente mirada de Jose Carlos (cargada de ambivalencias), para esos
brillantes ojos de Jaime González, que te miran esperando siempre una segunda
explicación, para la bella y limpia sonrisa de Alberto, para la alocada
incontinencia de Iván y la suficiencia
de Jorge. Para la inteligente candidez de Adrian Negro, para la sabia timidez
de Nieves, para la adulta mirada de Alejandro, para el gesto permanentemente
atento de AdrianPotter, perdón, Adrián Carracedo (yo tampoco pienso jugar a
“farme ville”). En fin, para todos y cada uno de los que formáis parte de este
peculiar grupo, del que he intentado ser un poco profe, un poco tutora, un poco
madrecoñazo… Ah! Que no se me olvide Jose Antonio. Él también formó parte de
esto durante un tiempo, aunque “sus circunstancias” le apartaron de las aulas.
Es posible que vuestras notas no sean las mejores de la Historia, pero no todo
es eso; y si como estudiantes podríais ser mejores, como personas sois mucho,
chicos. Me habéis hecho sufrir algunas veces y disfrutar muchas más. Los
valores humanos no se miden por una tabla numérica, muchas veces arbitraria.
Para
todos y todas (como mandas los cánones de lo políticamente correcto): quiero
que sepáis que ha sido un placer conoceros, que mereció la pena aprenderme de
memoria la lista de vuestros nombres, en el vuelo Madrid-Roma; que mereció la
pena aquel estupendo viaje, las noches maldormidas, los sustos, algún que otro
cabreo (más aparente que real), las cremas para las picaduras, los masajes para
piernas y brazos contracturados… ¡cielos! qué recuerdos me dejáis.
¡Qué mirada la de Olivia ante el Diadumenos!, la
de Judit y Sara en la Piazza della
Signoria, las caras dormidas de algunos y algunas, incapaces de recordar si
habían estado en el Vaticano o en el Coliseo… Los “sofocos nocturnos”… ja, ja… especialmente
en el hotel de Roma… (Mariooo…). El sempiterno “vamos Jose Carlos, hijo, que
siempre llegas el último”…Las chicas frente al Adriático, la mojadura de
Venecia y…”chan, chan, chan, chaaan… ¡las dormidas del autobús!, fielmente
perpetuadas en mi cámara de fotos.
Supongo
que ahora tocaría hablar de “lo divino y lo humano” sobre
lo bueno que es estudiar y lo que os espera y todas esas cosas. Pero eso lo
dejo para los compañeros que tendrán el honor de dedicaros el discurso de
despedida. Yo prefiero algo más libre, más personal; algo dicho desde lo más
profundo de los sentimientos que vuestra presencia a mi lado, a lo largo de
este año, ha despertado.
Iniciáis
un camino, lleno de esperanzas e ilusiones. También de obstáculos y sinsabores,
de alguna que otra zancadilla que os hará preguntaros ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Merece
la pena el esfuerzo? Como posible respuesta dejadme dedicaros una parte del
discurso de despedida, que en su momento dediqué a los alumnos y alumnas de la primera promoción de
nuestro “Insti”:
“Entonces,
para qué? pues para ser vosotros mismos, para ser personas, para ser unos
buenos profesionales en aquello que elijáis, para ayudar a los demás, para
subir todos los peldaños que os lleven a la meta. Para alcanzar, en definitiva,
lo que
los griegos llamaban la “areté”,
la virtud de la excelencia, que os
convertirá en ciudadanos perfectos, con un espíritu cultivado en un cuerpo
desarrollado. Porque como dijo Einstein “…Las cosas maravillosas que se
aprenden en las escuelas, colegios y universidades son el trabajo infinito de
muchas generaciones; que se pone en vuestras manos para que lo conozcáis,
aprendáis y que algún día aumentéis. Es así como nosotros los humanos nos
volvemos inmortales.”
¿Para
qué, decís? Para alcanzar la inmortalidad, ahí es nada. Sois los responsables
de conocer ese algo maravilloso que es el saber y de transmitírselo a vuestros
hijos, y estos a los hijos de sus hijos y así hasta el final de los tiempos.
Sois los receptores de un legado que viene del pasado, se materializa en el
presente y abre paso al futuro.
¿Cómo
construir ese futuro? La respuesta es fácil de decir y difícil de poner en
práctica: el futuro se construye con esfuerzo, con tesón, con disciplina, pero sobre
todo con voluntad, esa “fuerza motriz más poderosa que el vapor, la
electricidad y la energía atómica” según palabras de Einstein. Vuestra voluntad hará que logréis
vuestra meta.
Pero en ese viaje no podéis, no debéis dejar a un
lado vuestros sueños, ellos deben constituir una parte importante de vuestro
equipaje. No olvidéis tampoco la rebeldía. Sed rebeldes, buscad la felicidad,
luchad por principios que os permitan transcenderos a vosotros mismos.
Construid vuestro futuro, no solo con el blanco y el
negro de la realidad de cada día, sino con los vivos colores del arco iris;
porque esos son, os aseguro, los colores que iluminan nuestros más bellos
sueños.”
Chicas, chicos, “mis queridos polluelos”: Muchas gracias
por lo que me habéis aportado, y mucha, mucha suerte.
En "Cinema Paradiso", una peli que me gusta mucho, el protagonista recibe como herencia de su mejor amigo, operador de cine, una película hecha con los recortes de los besos que la censura le había robado en su adolescencia.
Yo, en un momento dado, os robé algo... y ahora os lo quiero devolver, en forma de vídeo de despedida. He intentado que estuviéseis todos y todas aunque perdiese calidad de imagen, pero ¡os quiero a todos!
¡Va por ustedes! ¡Va por ustedes! ¡Va por ustedes! ¡Va por ustedes!
P.D. El letrerito de marras que sale, es el del programita con el que hice el vídeo. La falta de tiempo me ha impedido quitarlo. I'm sorry
ay!Que bonito Guadalupe!
ResponderEliminarjovar al final va a dar hasta pena y todo...aunque haya sido el peor año de mi vida!!jeje
MUCHAS GRACIAS POR TODO!
1besitoo!
Vale la pena hacer un hueco entre tanto estudiio para leer esto!! Gracias :)
ResponderEliminarHa sido un placer. Os lo merecéis
ResponderEliminarQuién lo diría...todo un año con pesadillas de historia, y ahora solo quedan buenos recuerdos..
ResponderEliminarPalabras emocionantes, acompañadas de la voz de Guadalupe y lagrimillas que caen, haciendo un gran recuerdo de esta Promoción 2010/2011.
Gracias por todo :)
Será dificil olvidarse de todos nosotros, entre ellas mis muecas "malhumoradas".
Tienes razón. Al final quedan los buenos recuerdos, y las lágrimas, que más que de tristeza, son de sincera emoción. Os tendré siempre en mi recuerdo. Besosssss
ResponderEliminarQué recuerdos, qué lagrimillas se nos han escapado en clase, junto a ti, Guadalupe; lágrimas de tristeza y emoción, y de alegría, pues llegamos a una nueva etapa, pero también de tristeza, por, como tú dices, de separación; pero sin duda, ha sido uno de los mejores años (sino el mejor) de toda mi (nuestra) vida académica (sin tener en cuenta las noches que hemos pasado estudiando reyes, leyes, tratados...jajaja). Gracias por todo Guadalupe, a pesar de todas las charlas mañaneras, siempre recordaremos esas clases, por las anécdotas que nos contabas, cuentas, y contarás, vaya que sí. ¿Quién mejor que tú conoce la "prensa rosa de la edad media"?, sin duda mucho más interesantes (y sin duda educativos) que los actuales.
ResponderEliminarEn resumen, de parte (me figuro), de todos tus alumnos de 2º, recibe el besazo más fuerte que puedas imaginar, junto a miles de abrazos.
GRACIAS
GRACIAS
Y de nuevo...
GRACIAS
:)
Muchas gracias anónimo/a. Espero que algo de lo que he dicho durante este tiempo os sirva para algo,sobre todo, para ser buenas personas. Espero que en vuestro futuro os encontréis con gente tan "legal" como vosotros. Gracias...Gracias...¡infinitas!
ResponderEliminarTodo lo que nos ha tocado estudiar de historia, maldiciendo las 200 constituciones y batallitas, y al final nos va a dar hasta pena acabar :(
ResponderEliminarmuchas gracias por este curso, ha sido todo un honor estar en tu clase y creo que hablo por parte de todos, que esas numerosas anécdotas van a ser difíciles de olvidar.
y no solo hablo de las bromas de clase, sino también de aquel maravilloso viaje que nos marcamos el año pasado. ¡Quién pudiera retroceder a esos fantásticos días...!Pero bueno ahora toca cerrar una etapa y emprender un nuevo viaje...
A mi hay una frase que me encanta, que dice :
"Muchas personas entran y salen por tu vida, pero solo las más importantes nos dejan huella"
y te aseguro, que por lo menos a los del A, nos la has dejado :)
¡un beso!
Qué bonito Guadalupe!!Cuántos recuerdos que seguro que nunca olvidaremos! Y qué penita también, que ya llega el momento de despedirnos todos y de separarnos...Ojala fueran todos los años que nos quedan igual que éste (sin tanto que estudiar y sin preocuparnos tanto de notas!!)pero si que podía ser otro añito todos juntos... porque en el fondo hemos terminado siendo "una familia"
ResponderEliminarMuchas gracias por todo Guadalupe!!
1 besazoo! =)
¡Madre mía! me siento un poco ruborizada por vuestras palabras. Si algo sueña un profesor es dejar, al menos, un poquito de huella en sus alumnos. Si lo he logrado me doy por satisfecha, aunque dentro de unos meses (o días) no recordéis la batalla de Lepanto (¡está tan lejos...!), pero sí que toda guerra es mala, y más si enfrenta a hermanos.
ResponderEliminarRespecto a Italia, ¿quién sabe? quizás podamos hacer pandi algún día y me lleváis de guía (Prometo no vigilar las habitaciones...ja, ja...)
Guadalupe, mañana a que hora tenemos que ir a por las notas?
ResponderEliminarTenéis una reunión a las 10,30. Después os daré los boletines
ResponderEliminarYa veo qué huella has dejado en tus alumnos.¡Merece la pena el esfuerzo si después se ve compensado de esta manera!Eres una gran profesora de historia y ellos mismos lo reconocen, además de una gran persona y una excelemnte tutora! Espero que esto te sirva para subir tu ego a lo más alto, porque te recordarán siempre de lo buena persona que fuiste y eso no se te va a olvidar nunca.
ResponderEliminarSí, parece que este año ls cosas han salido bien. Lo tenía fácil: unos alumnos espléndidos, dispuestos a aprender, y, sobre todo, excelentes personas. Ha sido un buen año y un final de curso realmente emotivo.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Ya os echo de menos!...
ResponderEliminar