La Baja Edad Media peninsular se inscribe en la de una Europa azotada por la guerra, el hambre y la peste negra. La crisis demográfica, económica y social que se deriva hace tambalearse los cimientos del mundo medieval, que, pasadas las penurias, alumbrará una nueva sociedad, marcada por importantes cambios políticos, sociales y culturales.
«En la visión, cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, oí al primero de los cuatro Vivientes que decía con voz de trueno: "Ven". En la visión había un caballo blanco; el jinete llevaba un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor. Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo Viviente que decía: "Ven". Entonces salió otro caballo, rojo; al jinete se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer Viviente que decía: "Ven". Miré entonces y había un caballo negro; su jinete tenía en la mano una balanza [...] Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto Viviente que decía: "Ven". Miré entonces y había un caballo amarillento y el jinete se llamaba Muerte, y el abismo infernal le seguía. Se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con la espada, con el hambre, con las epidemias y con las fieras salvajes.» Apocalipsis 6, 1-8
El caballo negro: el hambre
En una economía agraria como la medieval, las malas cosechas por motivos meteorológicos (lluvia a destiempo, temporales granizo, heladas, sequía) provocaban hambrunas. Existen abundantes noticias de estos «malos años» en Castilla y en la Corona de Aragón a lo largo de los siglos XIV y XV. Además de causar mortandad directa, las hambrunas debilitaban a la población, incapaz de afrontar un invierno duro o una epidemia que pudiera sobrevenir.La situación de escasez se acentúa por la obligación de seguir pagando los tributos señoriales, a pesar de las malas cosechas.
El caballo amarillento: la peste
En el año 1348, la peste negra asoló buena parte de Europa. ocasionando una elevada mortandad y provocando un terror psicológico que aún hoy muchos identifican con la Edad Media en su conjunto. La epidemia de peste afectó a la Península, especialmente a la zona costera mediterránea ( la población de Barcelona quedó diezmada) que perdió buena parte de su población. El interior también se vio afectado aunque con menos intensidad. Durante los últimos años del siglo XIV y a lo largo del XV, la peste negra reapareció en la península, aunque con menor virulencia, cada diez años aproximadamente, y en los siglos XVI y XVII aún se registraron importantes brotes de esta enfermedad. Los efectos eran devastadores puesto que se trataba de una enfermedad infectocontagiosa, lo que provocó su rápida expansión, especialmente en las ciudades.
El caballo rojo: la guerra
En estas circunstancias, cualquier conflicto bélico intensificaba las hambrunas tanto como cualquier epidemia, lo que causaba más muertes que las producidas directamente por la violencia armada. Las guerras y saqueos solían ir acompañadas por la tala de viñedos, la destrucción de cosechas y el robo del ganado. A lo largo de los siglos XIV y XV se producen numerosas guerras civiles en Castilla y Aragón, y la gran “Guerra de los Cien años” que asola a Europa occidental.
Además de los conflictos bélicos, hay que destacar la violencia causada por los señores feudales sobre los campesinos, especialmente en momentos de debilidad del poder real (por ejemplo, durante la minoría de edad de los soberanos de Castilla o en el transcurso de las guerras civiles por disputas dinásticas). La violencia señorial venía a incrementar la situación de precariedad de un campesinado, ya de por sí empobrecido por las malas cosechas. Los abusos señoriales, con la recuperación de los llamados "malos usos" provocarán más hambre, más miseria y más muerte, a la vez que provocarán levantamientos campesinos armados (las guerras irmandiñas o la guerra de los campesinos de la remença).
La violencia se generalizará hacia las minorías étnico-religiosas (judíos y mudéjares) provocando asaltos a juderías, asesinatos en masa. Se les hace responsables de todos los males que asolan los reinos peninsulares y los grupos populares, azuzados por los clérigos, descargan su ira y frustración contra ellos.
El caballo blanco: La victoria (La muerte? Jesucristo vencedor?) he ahí la cuestión...
En cualquier caso es evidente que la principal consecuencias de todos los males acaecidos a lo largo de estos años es la muerte. El triunfo de la muerte se convierte en el tema de la literatura y el arte, y también dominará el subconsciente colectivo.
Sin embargo, de esta destrucción va a nacer una nueva sociedad, recuperada económicamente y con una nueva forma de ver la vida, el mundo terrenal y también el sobrenatural. Será la nueva sociedad del Renacimiento, el Humanismo y, en definitiva, del mundo moderno.
En definitiva, la danza de la muerte
En definitiva, la danza de la muerte
Volved a la infancia y repasad esta época con los protagonistas de "Érase una vez el hombre"
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