En la última década del siglo XIX, el sistema de la Restauración había mostrado claros signos de debilidad, que se agravaron con las derrotas coloniales de 1898. La crisis generada por la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico no debilitó aún la monarquía, pero mostró la necesidad de reformar o regenerar el sistema para que éste pudiera seguir subsistiendo. El sistema, no obstante, siguió rigiéndose por la Constitución de 1876 y por el caciquismo, y se mantuvo el alejamiento de la vida política de la mayor parte de la sociedad. El fracaso de las propuestas regeneracionistas originó una sucesión de crisis que contribuyeron al final del régimen.
Como siempre, los principales protagonistas...
S.M. Alfonso XIII |
S.M. Victoria Eugenia de Battemberg |
Bueno... si exceptuamos los numerosos devaneos del soberano (¡Ay... Borbón, Borbón)
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