...Y el hasta siempre...

“Sigue hambriento. Sigue alocado”. Stive Jobs

No es fácil abrir cada curso el baúl de los afectos, demasiado ajado por las mil y una veces abierto a lo largo de 27 años. Cada Octubre viendo llegar a unos adolescentes que se debaten entre el pánico y la ansiedad; cada día intentando poner un humilde grano de arena, que les ayude a abrir sus mentes al mundo y al saber. 

¡Ardua tarea! Quizás quimera. 

Un año, y otro, y otro más: “ánimo Patricia, no te desmoralices Ángela, tu puedes Guillermo, vamos Nerea, por dios Jaime, Sofía cállate un poco, Gloria, adelante, Olivia…” y así cuarenta nombres. ¿Sólo nombres? No, sois cuarenta presentes, cuarenta proyectos de futuro, cuarenta millones de ilusiones.

 ¡Qué responsabilidad!

Así llegasteis a esta casa, hace seis años, entre el juego y el miedo a lo desconocido, al mundo de los mayores. ¡Qué emocionante epopeya!…

Y así os vais hoy, con la tarea hecha, con vuestros objetivos alcanzados, esperanzados y temerosos ante el futuro ¿incierto? Como el de todos.

De vosotros depende ahora el resultado; de vuestra ilusión, de vuestro esfuerzo. Es hora de que escribáis vuestro verso…

Ante el vasto territorio que espera ansioso vuestros pasos no quiero dejaros ningún consejo, ninguna consigna. No sé, no puedo. Que sean otros…

Pero nunca olvidéis lo que sois…

Saber, conocer, caminar, vivir, es la forma más hermosa que se me ocurre de ser libres, y ese camino deberéis recorrerlo irremediablemente, sin subterfugios, sin engaños. Pero, si os es posible, no lo hagáis solos; buscad compañeros, colegas; buscad ayuda si la necesitáis.

Si alguna vez no sabéis dónde buscar, seguro que aquí, en el Alejandría,  habrá siempre alguien dispuesto a escuchar.

Y ahora, mis queridos retoños…

¡A volar!

                       ¡A volar! 

                                                   ¡A volar!   

¡Enhorabuena!!!